Con la llegada de "grandes" flujos de refugiados a Europa, así la percepción de muchos, -por el Atlántico a las Islas Canarias, por el Mediterráneo a Lampedusa o a las islas griegas enfrente de la costa de Turquía y por la ruta de los Balcanes-, muchos políticos de la derecha advierten del riesgo de una saturación y piden fortalecer las fronteras de Unión Europea para que nadie más pueda entrar ilegalmente. Ya han llegado a acuerdos con países como Turquía o Túnez para que hagan el trabajo sucio de impedir que los refugiados se embarquen hacia Europa.
Casi todo en la argumentación de esos políticos -muchas veces de una derecha que se llama "cristiana"- se basa en suposiciones falsas.
Para empezar hay el asunto del asilo político. Pedir asilo y recibirlo si se reunen las condiciones es un derecho humano básico que no se puede denegar.
Erigir muros no evita la inmigración ilegal, solamente la hace más mortífera -pregúntense a los estadounidenses con el muro de Trump. Quien está despesperado con su situación actual no teme perder la vida en el intento de mejorarla.
Cerrar la puerta a los migrantes no sirve de nada para solucionar los problemas de fondo. Europa se tiene que implicar mucho más en África y no dejar los países del sur a la suerte de China y de Rusia. Un primer paso sería cambiar sus políticas de comercio, p.e. dejar de satur los mercados allá de carne porcino procedente de la ganaderia industrial europea, en ese caso alemana. Otro seria combatir el cambio climático que afecta sobre todo países que no contribuyeron mucho a las emisiones que lo causan.
Muchos políticos olviden que sus sociedades estan envejeciendo y que sus mercados laborales necessitan mano de obra. Por eso se tendrían que abrir vías de la inmigración legal. La posible falta de calificación de los migrantes se podría solucionar con buenos programas de formación profesional. Sería mucho más ético que promocionar la emigración a professionales de países en vía de desarrollo, p.e. drenar los sistemas sanitarios de gente que ellos instruyeron.
Y para acabar, de momento los flujos de migrantes no son tan grandes como para representar una amenaza al bienestar de los ciudadanos de la UE. La Unión Europea tiene 448 millones de habitantes y tendría que ser capaz de integrar a unos dos millones de refugiados a año (0,45% de su población) si se distribuyen de forma equitativa entre todos los países. Además, todos los estados miembros tendrían que tomar en serio por un lado la lucha contra la pobreza y la desigualdad en sus sociedades existentes y por otro la integración de los nuevos residentes. Eso probablemente implicaría un cambio importante de sus sistemas fiscales hacia una mayor redistribución de la riqueza.
